Dicen que surge,
otros que fluye,
y otros que prende.
Dicen que flota,
que se percibe,
y que brota.
Presente,
ambivalente,
interna,
e indescriptible.
Se eriza la piel,
se cuenta de boca en boca,
y se manifiesta en las derrotas.
Aparece en todos lados,
ahonda en los andares,
y trasciende en la historia.
Presente,
en una danza infinita
de amantes eternos
que se reconocen
y eligen a luz de vela.
Presente,
en un viaje a lo interno,
en la calma del campo,
en lo profundo del viento.
Presente,
en la chispa del contacto,
en la embriaguez de lo frenético.
Me contaron que era eso,
un conjunto indescriptible,
esencia innata e independiente.
Merecedores son
aquellos que se permiten sentirla.
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