Argentina se encuentra en un momento crítico respecto a su situación económica y política. Históricamente, el país ha sufrido problemas económicos derivados de elevados déficits fiscales. Para ser cubiertos, se recurrió al endeudamiento y a la emisión monetaria. Las medidas tomadas por el gobierno ocasionaron una recesión y, hoy en día, la prioridad principal es reducir la inflación para lograr la reactivación económica del país. Lo que agrava aún más la situación es el grado de pobreza que afecta a más del cincuenta por ciento de la población, con unos índices de indigencia mayores al 10 por ciento. Por lo tanto, es vital revertir los malos indicadores de la situación social.
Además, Milei se ha enfocado en posicionarse como un adalid del cambio en la política mundial, promoviendo fuertes discursos orientados a desacreditar todas las políticas de centro izquierda que se han venido aplicando. Prueba de ello es el último discurso pronunciado en la ONU, donde se despegó de la agenda propuesta por este organismo, con el argumento de que la misma pretende fijar ideológicamente a los países y continuar con las políticas que han fracasado hasta ahora. Como consecuencia de este discurso, los mercados reaccionaron negativamente, cayendo los bonos y acciones argentinos en los mercados mundiales. La reacción del mercado luego del discurso no solamente generó dudas sobre el panorama actual del país, sino que también dejó en evidencia la fragilidad económica de Argentina.
Esta semana, el presidente estuvo presente como orador en Wall Street dejando en claro su posición a favor del libre mercado de capitales y su oposición a las políticas socialistas que, según su opinión, han fracasado, generando mayores desigualdades y atrasos en el occidente. Argentina viene cargando desde hace décadas con políticas que han asignado al estado un rol preponderante en todas las áreas, que han dejado al país sumido en ineficiencia, degradación social y corrupción. Además, la devaluación está bastante frenada respecto a lo que pasó en el mandato del ex presidente Alberto Fernández.
Todo cambio económico tiene que estar sustentado por un respaldo político. Javier Milei, si bien no cuenta con un gran caudal de legisladores que le aseguren éxitos en el Congreso de La Nación, cuenta con un apoyo popular importante. Sin embargo, y debido al retraso en la mejora del sistema económico y por algunas decisiones tomadas por el gobierno, ese apoyo pareciera haber comenzado a disminuir. Las ideas poco ortodoxas del presidente, como la dolarización, no logran aún convencer a los inversionistas extranjeros ni a los locales.
Mientras el mundo financiero sigue reaccionando y hablando sobre los planes del “outsider,” la pobreza y la incertidumbre son sentimientos muy presentes en la sociedad argentina. Adicionalmente, la suba de precios fue desproporcional a los ingresos de los trabajadores, lo que ha provocado una regresión en el poder adquisitivo de los ciudadanos y ha exacerbado la distorsión de precios.
En conclusión, el país se encuentra en un momento de mucha dualidad. Hay sectores que se encuentran esperanzados, que son mayoritarios, y se espera que el gobierno pueda torcer el rumbo hacia una mejora. Todo cambio estructural lleva tiempo y requiere de mucho apoyo social, político y económico.
Imagen de Agencia Afp a través de Canal E