Colombia es un país increíble que se ubica en el extremo norte de Sudamérica y en el que se encuentran todo tipo de culturas de orígenes diversos y que convergen bajo la denominación de colombianos.
La diversidad de la que goza se fundamenta en orígenes raciales, en la relación propia de cada pueblo con su entorno y medioambiente, y en la mezcla de experiencias locales que han logrado construir una historia única además de un sinnúmero de subculturas que constituyen un valor agregado para la nación.
Del mismo modo, la diversidad cultural nos hace ricos en ideas, a la vez que nutre a la sociedad de todo tipo de mensajes y valores que hacen sostenible la relación entre todos y revitalizan el ambiente.
“Afrocolombianos, raizales, palenqueros, gitanos, mestizos, blancos y gentes de pueblos indígenas, comunidades campesinas y originadas en migraciones externas enriquecen el mosaico cultural del país. De acuerdo con el censo del año 2005, en el territorio nacional, viven 84 pueblos indígenas distribuidos en 704 territorios colectivos conocidos como resguardos. Además, existe una población afrodescendiente con una participación superior al 10% de la población nacional y hay más de 150 territorios colectivos de comunidades negras tradicionales en la región del Pacífico.” – Eduteka, La diversidad cultural en colombia.
Cinco regiones geográficas y culturales
En cinco regiones principales, Colombia contiene todos los climas, las razas, potencialidades y limitaciones que nos distinguen como especie. Cada una presenta condiciones climáticas diversas que han moldeado el espirito humano de una única manera, invitándonos a aprender de las cualidades propias de los habitantes de cada región.
Dicha diversidad cultural que se ha reforzado con historia y tiempo, nos ha hecho en parte diferentes entre nosotros. Sin embargo, son más fuertes los lazos que nos unen, pues las migraciones internas han generado que Colombia sea de todos los colombianos.
Según estimaciones realizadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), entre los años 1985 y 2015, más de 2 millones de colombianos se fueron de su ciudad de origen. La guerra, las dificultades económicas y el desplazamiento forzado contribuyeron a esa cifra. Esto no debería sorprender considerando que en Latinoamérica el 80% de las migraciones son por motivos económicos o hechos relacionados con la violencia
“La gente no migra por gusto sino que va en búsqueda de las oportunidades que no le son dadas en su lugar de origen”.
Bogotá ha sido la ciudad que ha recibido históricamente más migrantes internos en el país. Según las estimaciones del Dane, entre 1985 y el 2015, a la capital llegaron 880.597 personas. Esto se traduce a aproximadamente el 32% de los 2’749.050 migrantes calculados.
Por otro lado, con aproximadamente 1’389.852 migrantes, se calcula que la Costa Caribe es la región de la nación en donde más habitantes han salido de sus territorios en los últimos 35 años.
La ciudad de Todos
Bogotá se convierte entonces en la capital de una nación, conformada por un tejido social que se compone de ciudadanos de todos los orígenes. En los colegios, universidades, y trabajos encontramos personajes similares a nosotros y otros con culturas algo distintas por haber nacido en otras regiones, pero que comparten nuestra misma realidad.
Lo cierto es que somos iguales y nos reconocemos como tales, pues nos une una historia más grande y el mismo deseo de ser cada día mejores. La tolerancia y el respeto hacen parte de nuestra vida como un código de conducta que debe ser pilar de todas nuestras relaciones.
Aquellas voces que no reconocen el valor de lo desigual deben ser acalladas por encerrar mensajes de discriminación, de rechazo y en ocasiones de una superioridad infundada. Todas las voces que buscan el desvalor del otro por su origen, por sus medios o por cualquier hecho que no corresponda a algo que sea determinable por sus propios actos, deberían ser repudiados.
“No debemos convertir al otro sino valorar su diferencia”
Bajo llamados de desvalor hacia el otro similares a los descritos, pero más profundos, se ha debatido y sufrido en Colombia por todos los medios incluidos la violencia, donde carismáticos líderes han llevado a su pueblo hacia la pobreza.