El día empezó como cualquier otro, soleado y con gente caminando por las calles. Sin embargo, el ambiente era inusual: con tensión y expectativa en la mirada de las personas, se sentía el nerviosismo causado por las elecciones. Mientras muchos politólogos preveían un alto nivel de ausentismo debido al COVID-19, las filas en los recintos electorales ya tenían cuadras de longitud a las 8 de la mañana. El COVID-19 pasó a ser secundario en un día tan importante.
Mi recinto, por suerte, estuvo prácticamente vacío, por lo que pude entrar y sufragar en cuestión de minutos. Los militares direccionan a la gente para que hagan fila en la junta correspondiente, mientras un dron circulaba por encima del recinto repitiendo “atención: en este recinto electoral no se están respetando las normas de bioseguridad; por favor mantener 2 metros de distancia entre las personas”.
Aunque había 16 candidatos en la papeleta, haciéndolo parecer como una elección para consejo estudiantil, todos sabían que la elección se definiría entre 3 candidatos: Andrés Arauz, Yaku Pérez y Guillermo Lasso. Estos eran los nombres que más se escuchaban, tanto en las calles como en las radios y los canales de televisión.
Poco a poco empezaron a circular vídeos, a través de las redes sociales, de gente siendo arrestada por llevar papeletas de votación previamente marcadas a favor de un candidato. En una democracia bien institucionalizada y constituida, habría pasado como una noticia escandalosa. Sin embargo, en Ecuador y Latinoamérica en general, no es la primera vez que esto ocurre. Este tipo de vídeos condujeron a la gente a pronosticar resultados que no podían estar más alejados de la realidad, llegando a instancias en las que los votantes creían cualquier tipo de sondeo a boca de urna que saliera en las redes, aún si no eran oficiales. La gente se apropió de los nombres de las encuestadoras más importantes del país y empezó a publicar datos totalmente tergiversados. Unos decían que Arauz ganaría en primera vuelta, otros decían lo mismo de Lasso, Yaku y los demás candidatos correspondientes.
No fue hasta las 5pm que las “exit polls” empezaron a evaluar los resultados de estas elecciones, después de haber culminado el tiempo para sufragar. Para muchos fue una sorpresa ver que Andrés Arauz, candidato correísta, se posicionaba como el ganador de la primera vuelta con más del 30% de votos. El segundo lugar, sin embargo, se convirtió en materia de disputa. Tanto Guillermo Lasso como Yaku Pérez aseveraban haber quedado en segundo lugar, pero que sus pronunciamientos oficiales vendrían una vez el Consejo Nacional Electoral proclamara los resultados oficiales.
No obstante, la gran sorpresa fue Xavier Hervas, candidato por la Izquierda Democrática, conocido por muchos por ser el “tiktoker” de los candidatos. Su campaña bien estructurada y para captar votos jóvenes hizo que rompiera todos los pronósticos electorales y se posicionara en el cuarto lugar con más del 16% de votos válidos; tan solo 3% menos que Pérez y Lasso.
Poco a poco, la gente empezó a manifestar su indignación en redes sociales, “¡cómo puede ser posible que sigan votando por un ladrón!” manifestaban algunos, haciendo referencia al candidato Arauz. Otros argumentaban que “no pueden culpar a la gente por no votar por Lasso. Fue su candidato quien no supo llegar a los votantes”. Así se empezaban a ventilar las opiniones por redes sociales.
Mientras tanto, siendo casi las 9pm, el Consejo Nacional Electoral anunció que haría una declaración respecto a los resultados del conteo rápido basado en 2400 actas electorales. El resultado pronosticaba una segunda vuelta entre Arauz y Pérez, algo inesperado para las encuestadoras y para Guillermo Lasso, quien había asegurado, en días anteriores, que sería su candidatura la que ganaría la primera vuelta.
Minutos después, el Consejo anunció nuevos resultados del conteo rápido que pronosticaban una segunda vuelta entre Arauz y Lasso, lo cual causó indignación en Pérez, quien llamó a sus partidarios a hacer vigilia frente al centro de mando del Consejo, donde se contabilizaban los votos. A medida que transcurría el tiempo, la gente empezó a comentar acerca de qué candidato en la segunda vuelta sería más eficaz para ganar al candidato correísta y la respuesta fue unísona: Yaku Pérez. Si bien es su primera candidatura presidencial, no cabe duda de que es el candidato que genera menos rechazo social entre él y Lasso, por lo cual sería más fácil que los votantes de Lasso apoyen a Pérez en una segunda vuelta, frente al escenario alternativo.
Estas conclusiones, sin embargo, eran totalmente, y lo son todavía, inciertas y especulativas puesto que casi el 14% de las actas procesadas denuncian irregularidades. Es por ello que, una vez finalizado el conteo, se hará una minuciosa examinación de éstas para determinar quién pasará efectivamente a la segunda vuelta frente a Arauz.
La única certeza que tenemos por ahora es que la segunda vuelta es inminente y que el candidato que enfrente a Arauz deberá conseguir la unión de los votantes para erradicar de una vez por todas el correísmo. Además, más allá de los resultados, tampoco cabe duda de que lo obtenido por Pérez es histórico. Es el primer candidato indígena en la historia de las elecciones presidenciales ecuatorianas que logra un porcentaje de votos tan alto. Sus antecesores, Antonio Vargas y Luis Macas tan solo obtuvieron el 1% y 2% de votos, respectivamente, en elecciones anteriores.
Por ello, y porque Yaku ofrece propuestas inclusivas para las minorías, en temas sociales, mientras aboga por un mercado liberal con presencia de instituciones financieras internacionales y comercio globalizado, el candidato por Pachakutik se posiciona como el gran favorito para derrotar a Andrés Arauz en una segunda vuelta. Tomará hasta casi 10 días para determinar quién acompañará a Arauz, por lo que la incertidumbre será un jugador clave en estas semanas. Pero por ahora, lo que se sabe a ciencia cierta es que el correísmo mantuvo y convocó a su voto duro, haciendo llegar a esta ideología a la segunda vuelta.
