En enero la ilusión nos llenó,
de volver a ver a esas amistades que tanto nos marcó,
de abrazar a nuestros amigos,
de cumplir la meta que tanto deseamos, y
de disfrutar el ambiente universitario.
Sin embargo, todo eso terminó.
Una pandemia nos azotó, y en un abrir y cerrar de ojos, la universidad se acabó.
El Internet nos ayudó, y conectarnos nos sirvió.
Poco a poco, nuestra vida volvió.
Nuestra querida comunidad nunca se rindió.
El esfuerzo de los alumnos y profesores fue lo que nos impulsó, y
cuando volvamos el otro año podremos decir, que esta lucha se ganó.