No es extraño preguntarse a uno mismo qué hubiera sucedido si algo diferente hubiera pasado. ¿Cuánto hubiera cambiado la historia? ¿Sería beneficioso para la sociedad? ¿Nos hubiéramos librado de un futuro mucho más negro? De hecho, ya se han hecho series de temática similar, como la El hombre del castillo, donde una realidad alternativa, tras la segunda guerra mundial, muestra a los imperios japonés y alemania nazi tras vencer. Sin embargo, aquí evitaremos historias tan fantasiosas y nos ceñiremos a lo que hubiera podido ocurrir de una manera más realista. A menudo, ignoramos las preguntas que nos hacíamos debido a que el pasado no puede cambiarse, las consideramos irrelevantes. En este artículo, podremos encontrar una de las infinitas respuestas a dichas cuestiones.
Antes de empezar, hay que aclarar algunos puntos importantes. Este artículo trata de entretener y mostrar al lector lo que hubiera podido pasar si algo diferente hubiera ocurrido, dando una visión lo más informada y objetiva posible. No se posicionará en contra o a favor de ningún lado del conflicto ni de los personajes tratados en el artículo. No obstante, cabe tener en cuenta que esto sigue siendo un artículo de opinión que, lejos de ser académico, habla de una versión hipotética de la realidad que nunca ha ocurrido. Con esto aclarado, dejemos que la imaginación y la especulación nos embriaguen y demos comienzo al artículo.
En la realidad, Donald Trump, expresidente de los Estados Unidos (2016-2020), no pudo hacerse con su segundo mandato en las elecciones de 2020; en cambio, su contrincante demócrata Joe Biden se alzó con la victoria. Como bien sabemos, Joe Biden ha sido tajante en su apoyo al gobierno ucraniano en el conflicto contra Rusia. Del mismo modo, la mayor parte de países europeos también apoyan a Ucrania con armamento y suministros, una cohesión que antes del conflicto se veía lejana. Este apoyo occidental y, sobre todo, la tenacidad ucraniana han superado las expectativas que, lejos de caer, están ganando el terreno perdido en el principio del conflicto. Rusia, por el contrario, está viendo cómo la intervención militar se alarga, los suministros escasean y, tras los nuevos reclutamientos, el malestar social en el pueblo ruso se incrementa. El conflicto está lejos de terminar: aunque ahora Ucrania tenga la iniciativa, subestimar el poder de Rusia sería un error. Después de esta pequeña introducción vayamos a la pregunta que nos concierne: ¿qué hubiera pasado si Trump hubiera ganado las elecciones de 2020?
Estamos en el año 2020, la pandemia de la COVID sigue siendo el principal problema de la sociedad. Los casos van en aumento, sin embargo, la llegada de las nuevas vacunas contra este virus dan pie al sentimiento de esperanza y de que será posible volver a la normalidad. En esta realidad, la crisis sanitaria no afecta tanto a las elecciones estadounidenses; tal y como estaba previsto antes de la llegada de la COVID -19, Donald Trump revalida su candidatura. Los resultados lo llevan a convertirse, por segunda vez consecutiva, en presidente de los Estados Unidos de América hasta el 2024. Confiado gracias a su victoria, continúa con su política inicial del America First, empeorando de nuevo las relaciones con sus socios europeos. En principio, las relaciones entre Rusia y Ucrania no cambian, ya que la guerra del Donbass se mantendría como una de las principales causas de la mala relación entre ambos países.
Como bien sabemos, el mayor motivo para el comienzo del conflicto fue el intento de Ucrania de entrar en la alianza de la OTAN. En este momento, Putin, sintiéndose amenazado por la expansión de la alianza, decidió intervenir en Ucrania para asegurar militarmente las zonas más prorrusas, como Donetsk y Lugansk. La aparente buena relación entre Trump y Putin hubiera podido llevar a que Estados Unidos denegase la entrada del país ucraniano en la organización. Trump, pese a haber sido crítico con el militarismo de Biden, nunca ha afirmado que en su mandato eso hubiera podido ocurrir. También, Trump afirmó el 1 de agosto de 2022 que Ucrania debería haber cedido Crimea y renunciar a la OTAN, algo que tal vez hubiera podido aplacar a Rusia. Sin embargo, Ucrania nunca estuvo por la labor de sentirse amenazada y cumplir las exigencias de su poderoso vecino. En conclusión, el intento de Ucrania por entrar en la OTAN nunca hubiera sido rechazado en primeras instancias por ningún miembro, provocando la ira y miedo de Rusia por su posible entrada a la alianza. Por lo tanto, el conflicto hubiera comenzado de la misma manera.
Es durante el conflicto donde tenemos más comentarios del expresidente sobre su hipotética política si hubiera estado en el cargo. El conflicto hubiera comenzado de la misma manera, con Rusia avanzando en todos los frentes de manera lenta, pero constante. No obstante, la reacción internacional sí que hubiera cambiado. Estados Unidos al mando de Trump hubiera ideado una campaña mucho más diplomática que militarista, negándose a enviar ayuda militar con la esperanza de que Putin y Zelenski negociaran un acuerdo de paz con Estados Unidos como interlocutor. Esto no solo se debe a sus declaraciones actuales, sino a su personalidad política, donde la estabilidad y progreso económico ocupan casi la totalidad de su programa. Por ello, apoyaría un tratado de paz que terminara el conflicto cuanto antes para evitar la crisis energética. En el caso europeo, las acciones se hubieran intensificado. Viendo la falta de apoyo de su aliado americano, optarían por enviar más ayuda militar que antes, debido a la alta preocupación sobre una posible expansión Rusa en el continente. La amenaza nuclear hacia los países que ayudaran a Ucrania sería ignorada, teniendo en cuenta que el propio Trump dijo que no caería en sus faroles y que demostraría que su armamento es más grande y poderoso que el de Putin.
La guerra continuaría durante los meses siguientes, en los que las tropas rusas asediarían Kiev con el objetivo de terminar la guerra rápidamente. La capacidad militar ucraniana y los recursos llegados de Europa servirían para rechazar el ataque, retirándose las tropas rusas del norte del país como ya ha ocurrido en nuestra realidad. Trump volvería a presionar con la diplomacia, deseando que termine la guerra y se revierta la crisis energética; sin enviar armamento al país, los enviados de Zelenski y Putin estarían dispuestos a reunirse con Estados Unidos como mediador. La obstinación ucraniana y las altas exigencias rusas llevarían al fracaso de las negociaciones. Putin, en respuesta, declararía como independientes las zonas separatistas ocupadas en Ucrania, lo que Trump consideró una maniobra inteligente por parte del mandatario ruso.
El conflicto continuaría. Los recursos llegados desde Europa serían suficientes como para resistir, pero no para avanzar hacia las zonas ocupadas. La guerra quedaría en un punto medio, donde tanto Rusia como Ucrania se verían incapaces de realizar ningún cambio. Las presiones de China y Estados Unidos para alcanzar un acuerdo se harían eficaces. La destrucción de las ciudades ucranianas por el constante bombardeo ruso y la falta de apoyo de uno de sus mayores aliados harían que Zelenski se viera tentado a concluir un acuerdo. Putin, consciente de su incapacidad para conseguir una victoria total, aceptaría reunirse de nuevo con Zelenski ante la presión generada por el descontento popular, fomentado por sus recientes medidas y acciones. En este caso, las exigencias de Putin serían igual de duras, pero serían más proclives a concesiones en esta nueva realidad. Ucrania se vería obligada a aceptar la soberanía rusa en Crimea, al igual que la separación de ciertos territorios ocupados por Rusia, aceptando, a su vez, no incorporarse a la OTAN. Rusia cedería parte de sus exigencias al no anexionarse las repúblicas independientes del sur ni la totalidad de las zonas ocupadas del Donbás.
Sería el fin de la guerra. Pese a su victoria, Rusia comprobaría su incapacidad para dominar a un país por completo. Trump celebraría el acuerdo como una gran acción diplomática por parte de su administración. Ucrania, sin poder entrar en la OTAN, buscaría protección entre sus aliados europeos, donde agilizaría el proyecto de adhesión por parte del país eslavo a la Unión Europea, ya iniciado durante el conflicto. Las relaciones entre gran parte de los países europeos con Estados Unidos se verían afectadas por el abandono en Ucrania, haciendo que la OTAN se tambaleara. Las amenazas rusa y china evitarían que se rompiera la alianza, pero la colaboración militar entre estos dos bloques se vería gravemente mermada. Sin embargo, mientras el proceso de unión se completara, la colaboración entre Ucrania y sus aliados europeos sería de gran intensidad, recibiendo ayuda de sus aliados para la reconstrucción y modernización de las defensas para evitar un nuevo conflicto.