Dentro del mundo tecnológico, la televisión está muriendo segundo a segundo. Aunque cada programa vaya camino al fracaso, muchos durante ese camino consiguen ser fuentes abundantes de dinero. Por esta razón, televidentes y antiguos asiduos al programa de Telecinco, Pasapalabra, recibieron una gran sorpresa al descubrir que el programa dejaría de ser emitido con efecto inmediato. ¿La razón? El Tribunal Supremo así lo ha decido.
Si queremos entender porque sus más de 2 millones de espectadores dejarán de pasar las tardes noches aprendiendo un par de palabras nuevas, debemos remontarnos al origen. En el año 2009, las emisiones en la televisión española comenzaron gracias a un acuerdo entre ITV, una compañía británica, y Atresmedia, contrato que luego paso a manos de Mediaset. A partir de ahí y por más de 12 años, emitieron Pasapalabra a través de Telecinco. Cada vez que el contrato expiraba, ambas partes lo extendían por tres años más. Sin embargo, en 2009 esto cambió. Mediaset decidió de manera unilateral terminar el contrato argumentado que la mayor parte del programa no pertenecía a ITV, pues a lo largo de los años muchas ideas originales habían sido añadidas, y por lo tanto, no había necesidad de pagar por los derechos de autor a la productora británica.
Como reacción obvia, ITV presentó el caso al Juzgado de lo Mercantil de Madrid, alegando incumplimiento de contrato. La corte decidió a favor de ITV y adjudicó que Mediaset debía pagar casi 15 millones de euros por tal incumplimiento. Mediaset apeló a la Audiencia Provincial que disminuyó el pago a 7 millones de euros, pero mantuvo la decisión del Juzgado sobre el cese de la emisión del programa. Ambas partes, descontentas con la decisión, decidieron llevar el caso hasta la última instancia: el Tribunal Supremo. La respuesta fue concisa: aunque el titular de los derechos (ITV) no esté actualmente explotándolos, le siguen perteneciendo de acuerdo a lo establecido en la Ley de Propiedad Intelectual Española; y con efecto inmediato el programa debía dejar de ser emitido.
Desde el punto de vista del estado de derecho, resulta reconfortante comprobar que derechos intangibles tienen tal protección y como la indemnización impuesta representa, de alguna forma proporcional, el efecto de tal violación de derechos. Desde el punto de vista televisivo y económico, resulta difícil entender como una empresa se arriesgó a perder un programa que lleva años en Telecinco; que entregaba los mayores premios con 2.1 millones de euros el mayor otorgado hasta su finalización; y que era el líder de audiencia en su franja horaria, desde el minuto más visto hasta un 20% de cuota de pantalla en su franja horaria. Más allá de las opiniones, lo que está claro es que no pasaremos más tardes gritando la palabra correspondiente a su definición según la Real Academia Española, y que recordaremos como las leyes están muy cerca de nuestro día a día.